Entre las décadas de los setenta y principios de los noventa, el dibujante OPS divulgó sus trabajos en revistas satíricas hoy extintas como Madriz y La codorniz. Empezó en época de censura, de modo que se estableció como un ilustrador “mudo”: eran las imágenes las que cargaban con todo el peso del mensaje. No fue por escasez de ideas —pues muchas se quedaron sin realizar y aún siguen anotadas en cuadernos de donde el autor adelanta que ya no saldrán—, sino más bien por la “necesidad de diversificarse” por lo que OPS acabó retirándose del oficio. Le cogieron el relevo dos artistas que podrían considerarse sus hijos: uno, el que heredó su “vertiente social”, se llama El Roto y publica sus certeras viñetas de actualidad en EL PAÍS. El segundo, que firma con el apellido de Rábago, preserva su espíritu esteta practicando una pintura hermanada con el arte metafísico italiano de principios del pasado siglo.
Todos esos creadores únicos pero interconectados, puesto que son todos heterónimos de Andrés Rábago (Madrid, 1947), comparten cartel en la exposición Tres en uno: OPS, El Roto, Rábago, que se inaugura este viernes 10 de junio en la galería Veta de Madrid. “Yo soy los tres y ninguno el que menos”, explica el artista, café en mano, en medio del vasto espacio donde se exhiben sus trabajos: una sala con numerosas estancias y más de 1.200 metros cuadrados en el barrio de Carabanchel que inauguró a finales del año pasado Fer Francés, el “alma máter” de este despliegue. “Cada uno de ellos son estratos mentales distintos”, ilustra: “OPS alude al terreno del subconsciente, El Roto se mueve en el de la conciencia y Rábago en el del espíritu”
Junio 8, 2022